¿Qui¨¦n era Mateo, llamado tambi¨¦n Lev¨ª? Leemos en el Evangelio que era cobrador de impuestos y que Jes¨²s hizo de ¨¦l uno de sus ap¨®stoles (Mt 9,9 y Mc 2,13). Los testigos m¨¢s antiguos (Pap¨ªas hacia el año 130; Ireneo hacia el 180; Or¨ªgenes hacia el 200) le atribuyen un Evangelio ¡°escrito en letras hebraicas¡± que todav¨ªa era conocido en el tiempo de san Jer¨®nimo (siglo cuarto). Nuestro Evangelio seg¨²n Mateo, escrito posteriormente en griego, debe tal vez su nombre al hecho de que integr¨® en su relato la traducci¨®n de la obra primitiva de Mateo: v¨¦ase la Introduccion al Nuevo Testamento.
Con toda probabilidad este Evangelio fue escrito en una comunidad cristiana en la que hab¨ªa cristianos de origen jud¨ªo y griego, tal vez Antioqu¨ªa (v¨¦ase He 12,1 y 13). Es el momento en que el sumo sacerdote Anan¨ªas hizo apedrear a Santiago, el obispo de Jerusal¨¦n (62). Entonces los cristianos son excluidos de la comunidad jud¨ªa y ya no son protegidos por las leyes romanas que autorizaban a los jud¨ªos a que no sacrificaran a las divinidades romanas y un poco m¨¢s tarde ser¨¢n perseguidos por Ner¨®n (64-65).
Este Evangelio trata de mostrar que los cristianos no deben preocuparse si por ahora los rechaza su pueblo. La comunidad oficial que no ha cre¨ªdo se ha quedado fuera del Reino, al que entraron los que han reconocido al Mes¨ªas. Esta minor¨ªa ha recibido los ¡°bienes de la alianza¡± prometidos por los profetas. En adelante deben compartirlos con los creyentes de todo origen que querr¨¢n integrarse en la Iglesia.
Bajo esta perspectiva, toda la historia de Jes¨²s es presentada como un conflicto que termina en una separaci¨®n: v¨¦ase el final del cap¨ªtulo 13. En adelante Jes¨²s no predicar¨¢ ya a las muchedumbres sino s¨®lo a sus disc¨ªpulos.
Mateo destaca la figura de Jes¨²s como predicador y Maestro de la Escritura. Se interesa en forma especial por las palabras de Jes¨²s, que son m¨¢s numerosas en su Evangelio que en los dem¨¢s, y en cambio cuenta sus gestos y sus milagros del modo m¨¢s esquem¨¢tico posible.
No hay pues que extrañarse de que Mateo haya construido su Evangelio en torno a cinco ¡°discursos¡±, en los que reuni¨® palabras que Jes¨²s pronunci¨® en diferentes ocasiones. Estos discursos son:
¨C El Serm¨®n de la montaña: 5, 6 y 7. Esta carta magna de los hijos de Dios se completa con diez signos de poder que anuncian nuestra liberaci¨®n del pecado (c. 8 y 9).
¨C Las instrucciones a los misioneros: 10. Estas instrucciones son completadas por las controversias que enfrentan a Jes¨²s con sus adversarios (c.11 - 12).
¨C Las Par¨¢bolas del Reino: 13. Los fariseos se ciegan, mientras que la fe de los Doce y de Pedro permite que Jes¨²s funde su Iglesia.
¨C Las advertencias a la comunidad cristiana: 18. La ley funamental del perd¨®n fraterno se completa con instrucciones diversas. Los gu¨ªas del pueblo jud¨ªo se cierran, mostrando por contraste lo que deber¨¢n ser los gu¨ªas del pueblo cristiano.
¨C C¨®mo vivir a la espera del fin de los tiempos: 24 y 25.
A manera de introducci¨®n Mateo pone los dos primeros cap¨ªtulos sobre la infancia de Jes¨²s. Son relatos de un car¨¢cter especial, en los que se preocupa muy poco de la historicidad de los hechos, pues la intenci¨®n es presentar a trav¨¦s de im¨¢genes una enseñanza teol¨®gica.