Segunda campaña de Gede車n
1 Los hombres de Efra赤n dijeron a Gede車n: «¿Qu谷 nos hiciste? ¡Ni siquiera nos convocaste cuando saliste a pelear con los madianitas!» Y estaban muy enojados con 谷l.
2 Pero Gede車n les respondi車: «Toda la vendimia de Abiezer no vale lo que Efra赤n rebusc車 detr芍s de 谷l.
3 ¿No puso Yav谷 en las manos de ustedes a los jefes de Madi芍n Oreb y Zeeb? Lo que hice es nada en comparaci車n con eso». Cuando les hubo hablado as赤, se apacigu車 su c車lera.
4 Cuando llegaron al Jord芍n, Gede車n lo atraves車 con los trescientos hombres que lo acompañaban, pero estaban agotados por la persecuci車n.
5 Por eso dijeron a la gente de Sucot: «Den, por favor, raciones de pan a la tropa que me acompaña porque mi gente est芍 rendida. Estamos persiguiendo a Zebaj y a Salmuna, los reyes de Madi芍n».
6 Pero los ancianos de Sucot le respondieron: «¿Ya les has atado las manos a Zebaj y a Salmuna? ¿C車mo quieres que demos pan a tus hombres?»
7 Gede車n les respondi車: «¡Muy bien! Apenas Yav谷 ponga en mis manos a Zebaj y a Salmuna, les arrancar谷 a ustedes la piel con las espinas y cardos del desierto».
8 De all赤 parti車 para Penuel y dirigi車 las mismas palabras a la gente de Penuel. Estos respondieron tal como lo hab赤an hecho los de Sucot.
9 Les replic車 a la gente de Penuel: «Cuando vuelva como vencedor, derribar谷 esa torre».
10 Zebaj y Salmuna estaban en Carcor con un ej谷rcito de alrededor de quince mil hombres (eran los sobrevivientes del gran ej谷rcito de los hijos de Oriente, pues ya hab赤an ca赤do ciento veinte mil).
11 Gede車n subi車 por el camino de los N車mades, al este de Nobaj y de Yogboha, y arras車 con ese ej谷rcito que se sent赤a seguro.
12 Zebaj y Salmuna huyeron, pero los persigui車, y apres車 a los dos reyes de Madi芍n, Zebaj y Salmuna, en tanto que su ej谷rcito era completamente derrotado.
13 Despu谷s de la batalla, Gede車n, hijo de Jo芍s, regres車 por la subida de Jar谷s.
14 All赤 detuvo a un joven de Sucot y lo interrog車. Este le dio por escrito los nombres de los jefes de Sucot y de los ancianos; en total llegaban a setenta y siete.
15 Gede車n fue a ver a la gente de Sucot y les dijo: «Aqu赤 est芍n Zebaj y Salmuna por cuya causa ustedes se rieron de m赤. Ustedes dijeron: «Cuando Zebaj y Salmuna caigan en tus manos, daremos pan a tus hombres fatigados».
16 Entonces junt車 a los ancianos de la ciudad, y mand車 buscar espinas y cardos del desierto, con los que desgarr車 a la gente de Sucot.
17 Gede車n derrib車 la torre de Penuel y masacr車 a los habitantes de la ciudad.
18 Luego dijo a Zebaj y Salmuna: «¿C車mo eran esos hombres a los que ustedes mataron en el Tabor?» Respondieron: «Se parec赤an a ti, cada uno ten赤a el aspecto de un hijo de rey».
19 Gede車n respondi車: «¡Eran mis hermanos, los hijos de mi madre! Tan cierto como que Yav谷 vive que si ustedes los hubieran dejado con vida, yo no los matar赤a».
20 Entonces orden車 a Jeter, su hijo mayor: «¡Anda y m芍talos!» Pero el joven no sac車 su espada porque ten赤a miedo, pues era muy joven.
21 Entonces Zebaj y Salmuna le dijeron: «¡Ven tu mismo y m芍tanos! A ver si eres hombre y te atreves». Gede車n mat車 a Zebaj y Salmuna y tom車 los adornos en forma de media luna que ten赤an sus camellos en el cogote.
Esta fue la trampa en que cay車 Gede車n
22 Los israelitas dijeron a Gede車n: «Ya que nos libraste de la mano de los madianitas, t迆 ser芍s nuestro rey, y despu谷s de ti, tu hijo y tu nieto».
23 Gede車n les respondi車: «Ni yo ni mi hijo reinaremos sobre ustedes: Yav谷 ser芍 su rey».
24 Gede車n añadi車: «Lo 迆nico que les pido es que cada uno de ustedes me d谷 un anillo de su bot赤n (los vencidos eran Ismaelitas y ten赤an anillos de oro)».
25 Le dijeron: «Por supuesto que te lo daremos». Extendieron un manto en el suelo y cada uno ech車 all赤 un anillo de su bot赤n.
26 El peso de los anillos de oro fue de mil setecientos siclos, sin contar los prendedores, los aros y los trajes de p迆rpura que llevaban los reyes de Madi芍n; y sin contar tampoco los collares que pend赤an del cogote de sus camellos.
27 Con todo eso Gede車n se hizo un efod que puso en su ciudad en Ofra. Todos los israelitas iban all赤 a venderse; eso fue una trampa para Gede車n y su familia.
28 En cuanto a los madianitas, quedaron en adelante sometidos a los israelitas y no volvieron a levantar cabeza. El pa赤s estuvo en paz cuarenta años, el tiempo que vivi車 Gede車n.
29 Jerubaal, hijo de Jo芍s, regres車 a su casa y residi車 en ella.
30 Gede車n tuvo setenta hijos, todos engendrados por 谷l pues tuvo muchas mujeres.
31 En Siquem ten赤a una concubina que tambi谷n le dio un hijo, al que llam車 Abimelec.
32 Gede車n, hijo de Jo芍s, muri車 en una feliz ancianidad. Lo enterraron en la tumba de su padre Jo芍s, en Ofra, en el territorio de Abiezer.
33 Despu谷s de la muerte de Gede車n, los israelitas volvieron a prostituirse siguiendo a los Baales: se dieron como dios a Baal-Berit.
34 As赤 fue como los israelitas se olvidaron de Yav谷 su Dios, el que los hab赤a librado de todos sus enemigos vecinos.
35 Ya no reconocieron m芍s a la familia de Jerubaal-Gede車n todo lo bueno que hab赤a hecho por Israel.
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Comentarios Jueces, cap赤tulo 8
8,22
Los israelitas necesitan formar una naci車n, lo que ser赤a un gran progreso despu谷s de la anarqu赤a de las tribus desunidas y desorganizadas. Sin embargo, los que redactaron el presente libro, en el 迆ltimo siglo de los reyes de Jerusal谷n, hab赤an quedado tan defraudados por sus gobernantes, que soñaban con el tiempo pasado en que no hab赤a ni reyes ni administraci車n. Pensaban que Israel, por ser el pueblo de Dios, no deb赤a tener jefes permanentes como los dem芍s pueblos.
Por eso, el libro de los Jueces anota la negativa de Gede車n a ser rey: Yav谷 tiene que ser rey de ustedes. Desgraciadamente, Gede車n pide oro, en vez del poder, y con esto el h谷roe destruye todo lo que hizo por su pueblo.
Todos estos salvadores: Gede車n, Barac, Jeft谷, Sans車n... son muy decepcionantes, como en general lo son los pol赤ticos y todos los que hablan de liberar al pueblo oprimido. ¿Hay que concluir de ah赤 que la acci車n pol赤tica es in迆til? ¿O que debemos consagrar todos nuestros esfuerzos a la oraci車n y a la catequesis y dejar a los dem芍s la lucha por la justicia? Pero precisamente la justicia se encuentra en cada p芍gina de la Biblia.
De hecho, hablar de pol赤tica es hablar de poder y el poder corrompe a los que no tienen una conciencia s車lidamente formada. Poco se puede esperar de la pol赤tica all赤 donde la conciencia no haya sido educada desde muy temprano en una familia sana, en la que el niño vaya descubriendo amor y fidelidad entre sus padres (las dos cualidades que la Biblia no cesa de juntar) y donde no haya sido formada por los padres decididos a usar de su autoridad para domar sus caprichos. Por esta raz車n, despu谷s de esos tiempos heroicos, vinieron otros en que Dios quiso educar a las familias y las personas mediante las enseñanzas de los sabios y la pr芍ctica de la ley.