1 y tu Esp¨ªritu imperecedero est¨¢ en todo!
2 As¨ª es c¨®mo corriges de a poco a los que pecan. Les haces ver, mediante tus correcciones, en qu¨¦ han pecado, para que renuncien al mal y crean en ti, Señor.
3 As¨ª pas¨® con los antiguos habitantes de tu Tierra Santa:
4 los aborrec¨ªas debido a sus pr¨¢cticas detestables, su brujer¨ªa y sus ritos imp¨ªos,
5 el asesinato sin piedad de niñitos, los banquetes sanguinarios en que com¨ªan la carne humana con la sangre y las entrañas, mientras celebraban sus cultos secretos.
6 Hab¨ªas decidido acabar con esos padres asesinos de seres indefensos por medio de nuestros padres.
7 Quer¨ªas que esta a la que quieres m¨¢s que a las dem¨¢s, fuese la patria de los hijos de Dios dignos de ella.
8 Pero, incluso con estos antiguos habitantes, diste muestra de moderaci¨®n porque eran seres humanos. Les enviaste, como vanguardia de tu ej¨¦rcito, avispas para que los destruyeran poco a poco.
9 Sin duda, habr¨ªas podido aplastar a los imp¨ªos por medio de los justos a trav¨¦s de una batalla, o aniquilarlos de un solo golpe por medio de fieras terribles o con una sola palabra salida de ti.
10 Pero, al castigarlos progresivamente, les dabas oportunidad para que se arrepintieran. No ignorabas, sin embargo, que su interior era perverso y que su maldad era innata, y que no cambiar¨ªan,
11 porque su raza hab¨ªa sido declarada maldita desde el principio. De todos modos, no fue por miedo a alguien que dejaste sin castigo sus cr¨ªmenes.
12 Porque, ¿qui¨¦n podr¨ªa decirte: «¿Qu¨¦ has hecho?»; qui¨¦n podr¨ªa oponerse a tus decisiones? ¿Qui¨¦n podr¨ªa llamarte la atenci¨®n por aniquilar a naciones que t¨² creaste? ¿Qui¨¦n te impedir¨ªa castigar a hombres injustos?
13 Fuera de ti, que te preocupas de todos, no hay otro Dios al que tengas que probarle que no actuaste injustamente.
14 No hay tampoco rey o soberano alguno que pueda opon¨¦rsete cuando decides castigar.
15 Puesto que t¨² eres perfectamente justo, lo haces todo con justicia: har¨ªas un mal uso de tu poder si condenaras al que no merece ser castigado.
16 Tu fuerza es el fundamento de tu justicia; como eres el dueño de todas las cosas, puedes tambi¨¦n perdonarlas.
17 Muestras tu fuerza a los que ponen en duda tu poder absoluto; castigas la audacia de los que lo desaf¨ªan.
18 Pero, aunque seas un Señor poderoso, juzgas con moderaci¨®n y nos gobiernas con mucha paciencia, porque eres libre de intervenir cuando quieras.
19 Al actuar as¨ª le has mostrado a tu pueblo que el justo debe amar a todos los hombres, y has dado a tus hijos esa dulce esperanza de que despu¨¦s del pecado les permites que se arrepientan.
20 Incluso con los cananeos, enemigos de tus hijos y dignos de muerte, actuaste con moderaci¨®n e indulgencia para darles tiempo y oportunidad a que se convirtieran.
21 Pero con tus hijos actuaste todav¨ªa con m¨¢s miramientos, ya que estabas ligado a sus antepasados por juramentos, alianzas y tantas otras bellas promesas.
22 De tal manera, que cuando castigas a nuestros enemigos con moderaci¨®n, lo haces para que aprendamos, para que pensemos en tu bondad cuando nos toque ser jueces, y para que confiemos en tu misericordia cuando seamos juzgados.
23 A los que viv¨ªan alocadamente en el mal, los castigaste por medio de sus ¨ªdolos abominables.
24 ¡Hab¨ªan llegado muy lejos por los caminos del error, tomando como dioses a los animales m¨¢s feos y m¨¢s despreciables! Se hab¨ªan dejado engañar como niños sin juicio.
25 As¨ª, como a niños que no piensan, les dirigiste primero una leve advertencia,
26 pero no comprendieron esos benignos reproches, as¨ª que merec¨ªan experimentar el juicio de Dios.
27 En medio de sus sufrimientos, se indignaron con esos animales a los que hab¨ªan tomado por dioses, y que ahora se transformaban en los instrumentos de su castigo. Entonces descubrieron y reconocieron como Dios al que antes se negaban a ver: ¨¦se fue el motivo del castigo supremo que recay¨® sobre ellos.