Segunda Carta de Pedro Introducci車n
Esta segunda carta de Pedro, al igual que la primera, no nombra a sus destinatarios; parece que sus advertencias van dirigidas a todas las Iglesias. La primera impresi車n que resalta al dar una mirada cr赤tica a esta carta es que se trata de una carta tard赤a, atribuida a Pedro equivocadamente. Ante todo por ciertas insistencias, como si el autor tuviera miedo de que duden de su identidad (1,1; 1,14; 1,18; 3,1); y m芍s todav赤a por la manera de recordar la muerte de los ap車stoles (3,2). Sin embargo hay que tratar con mucha cautela el tema de la autenticidad, porque son numerosas las palabras y los temas que se encuentran tanto en 1Pe como en 2Pe y que casi no se encuentran en los otros escritos del Nuevo Testamento, a excepci車n de los discursos del mismo Pedro, relatados en los Hechos. Por eso aunque no se puede negar sin m芍s su autenticidad, hay que reconocer que ciertamente debe mucho a Pedro. No hay nada que se oponga a priori a que esta carta fuera escrita antes de la muerte de Pedro, ya que no hace alusi車n a las primeras persecuciones de la Iglesia del año 64 ni a la guerra jud赤a de los años 66-70. Sin embargo puede ser que la carta, ya escrita, fuera revisada y publicada despu谷s de la muerte del ap車stol por Silvano, que ya fue nombrado como el redactor de la primera carta (1Pe 5,12). Para entender los motivos de esta carta, el tono de las advertencias y los argumentos a que recurre, habr赤a que acercarla m芍s bien a la carta de Judas. Ambas denuncian un mal que Pablo ya tem赤a: los abusos de la libertad cristiana (G芍l 5,13). Si bien los cristianos fueron muy pronto objeto de toda clase de difamaciones, tales ataques hallaban un pretexto en el comportamiento de algunas personas que ve赤an en el llamado cristiano a la libertad como una justificaci車n de la propia ausencia de principios morales. El epicureismo, doctrina que se centraba en la b迆squeda de los placeres m芍s elevados, pod赤a incitar a los caracteres nobles a elecciones muy honorables, pero para la mayor赤a ser赤a dejar el campo libre para los instintos. Ante la tentaci車n de la vida materializada, y consciente de que en breve tiempo la generaci車n de los testigos de Cristo habr赤a desaparecido, el autor señala y desarrolla los tres puntos, en los que habr芍 que mostrarse muy firme: 每 mantener la fe tal como la enseñaron los testigos de Jes迆s; 每 luchar contra ※maestros§ que s車lo pueden atraer sobre s赤 los juicios de Dios; 每 mantener entre los creyentes la espera de la venida de Cristo. Esta carta contiene afirmaciones definitivas sobre algunos puntos importantes de la fe. Su aceptaci車n en el canon por la Iglesia ha sido bastante tard赤a, pero eso no quita que sea palabra de Dios como los dem芍s libros del Nuevo Testamento.