Salmos (Sal) Cap¨ªtulo 37
La felicidad ser¨¢ para el justo y la ruina para los im p¨ªos.¡ª«No te escandalices al ver el ¨¦xito de los malos, ni los envidies.» Este salmo desarrolla la enseñanza de los sabios de Israel: ni el poder ni la riqueza dan acceso a la herencia que Dios promete a sus hijos.
1 No te acalores pensando en los malos ni envidies a los que cometen maldad.
2 Muy pronto se marchitar¨¢n como la hierba, se secar¨¢n como el verdor de los prados.
3 Conf¨ªa en el Señor y haz el bien, habita en tu tierra y come tranquilo.
4 Pon tu alegr¨ªa en el Señor, ¨¦l te dar¨¢ lo que ansi¨® tu coraz¨®n.
5 Encomienda al Señor tus empresas, conf¨ªa en ¨¦l que lo har¨¢ bien.
6 Har¨¢ brillar tus m¨¦ritos como la luz y tus derechos como el sol del mediod¨ªa.
7 C¨¢llate ante el Señor y esp¨¦ralo; no te indignes por el aprovechador, 14c por el que atropella al pobre y al pequeño.
8 Calma tu enojo, renuncia al rencor, no te exasperes, que te har¨ªa mal.
9 Pues los malvados ser¨¢n extirpados y tendr¨¢n la tierra los que esperan al Señor.
10 S¨®lo un momento y ya no est¨¢ el imp¨ªo, si buscas d¨®nde estaba ya no lo encontrar¨¢s.
11 Los humildes heredar¨¢n la tierra y ser¨¢ grande su prosperidad.
12 El malo conspira contra el justo, y rechina los dientes contra ¨¦l.
13 Pero el Señor se burla de ¨¦l, porque ve que le llega su hora.
14 Han desenvainado la espada los malvados y tensado su arco para matar al justo.
15 Pero su espada les traspasa el coraz¨®n y sus arcos se rompen.
16 Al que es justo le va mejor con poco que al malvado con toda su riqueza.
17 Porque al malo le quebrar¨¢n los brazos, en cambio a los justos los apoya el Señor.
18 El Señor cuida los d¨ªas de los buenos, su herencia ser¨¢ eterna.
19 Cuando haya escasez no tendr¨¢n problemas y tendr¨¢n qu¨¦ comer cuando arrecie el hambre.
20 Pero los imp¨ªos perecer¨¢n y sus hijos mendigar¨¢n el pan.
20 Los que odian al Señor desaparecen como flores del prado, y se desvanecen como el humo.
21 El imp¨ªo pide fiado y no devuelve, pero el justo es compasivo y comparte.
22 Los que ¨¦l bendice poseer¨¢n la tierra, y los que ¨¦l maldice ser¨¢n eliminados.
23 El Señor gu¨ªa los pasos del hombre; lo afirma si le gusta su conducta.
24 Si el bueno cae, no se queda en tierra, porque el Señor lo tiene de la mano.
25 Fui joven y ahora soy viejo, pero nunca vi a un justo abandonado.
26 No se ha cansado de dar y prestar: en sus hijos se notar¨¢ la bendici¨®n.
27 Ap¨¢rtate del mal y haz el bien, y tendr¨¢s una casa para siempre.
28 Porque el Señor ama lo que es justo y no abandona jam¨¢s a sus amigos.
28 Los pecadores perecer¨¢n para siempre y se acabar¨¢ la raza de los malos.
29 Los justos poseer¨¢n la tierra y habitar¨¢n en ella para siempre.
30 Medita el justo los dichos de los sabios y si habla, expresa lo que es justo.
31 Con la ley del Señor en su coraz¨®n, sus pasos no vacilan.
32 El malvado anda espiando al justo y trata siempre de darle muerte.
33 Pero el Señor no lo deja en sus manos ni permite que sus jueces lo condenen.
34 Espera en el Señor y sigue su camino, ¨¦l te librar¨¢ de los imp¨ªos, y te mantendr¨¢ hasta que heredes la tierra; presenciar¨¢s la ca¨ªda de los malos.
35 He visto al imp¨ªo, vuelto tirano, elevarse como un cedro del L¨ªbano.
36 Pas¨¦ de nuevo, pero ya no estaba; lo busqu¨¦, pero no lo encontr¨¦.
37 Observa al perfecto, mira al hombre recto: toda una posteridad tendr¨¢ el hombre de paz.
38 Los pecadores, en cambio, de una vez se ir¨¢n, la raza de los malos ser¨¢ exterminada.
39 La salvaci¨®n de los justos viene del Señor, ¨¦l es su refugio en tiempos de angustia.
40 El Señor los ayuda y los libera, salva a cuantos confiaron en ¨¦l.
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