Salmos (Sal) Cap¨ªtulo 31
Señor, busco refugio en ti.¡ª
2 A ti, Señor, me acojo, no quede yo nunca defraudado: ¡t¨² que eres justo, ponme a salvo!
3 Inclina tu o¨ªdo hacia m¨ª, date prisa en liberarme.
3 S¨¦ para m¨ª una roca de refugio, el recinto amurallado que me salve.
4 Porque t¨² eres mi roca y mi fortaleza; por tu nombre me gu¨ªas y diriges.
5 S¨¢came de la red que me han tendido, porque eres t¨² mi refugio.
6 En tus manos encomiendo mi esp¨ªritu, y t¨², Señor, Dios fiel, me librar¨¢s.
7 Aborreces a los que adoran ¨ªdolos vanos, pero yo conf¨ªo en el Señor.
8 Gozar¨¦ y me alegrar¨¦ de tu bondad porque has mirado mi aflicci¨®n y comprendido la angustia de mi alma; 9 no me dejaste en manos del enemigo, me has hecho caminar a campo abierto.
10 Ten piedad de m¨ª, Señor, pues estoy angustiado; mis ojos languidecen de tristeza.
11 Mi vida se consume en la aflicci¨®n y mis años entre gemidos; mi fuerza desfallece entre tanto dolor y mis huesos se deshacen.
12 Mi enemigo se alegra, mis vecinos se horrorizan, y se espantan de m¨ª mis conocidos: si me ven en la calle, se alejan de m¨ª.
13 Se olvidaron de m¨ª, como de un muerto, soy como un objeto inservible.
14 Oigo los cuchicheos de la gente, y se asoma el terror por todas partes. Se unieron todos en mi contra, tramaron arrebatarme la vida.
15 Pero yo, Señor, conf¨ªo en ti, yo dije: T¨² eres mi Dios.
16 Mi porvenir est¨¢ en tus manos, l¨ªbrame de los enemigos que me persiguen.
17 Que sobre tu servidor brille tu rostro, s¨¢lvame por tu amor.
18 A ti clam¨¦, Señor, no sea confundido; confundidos sean los im p¨ªos, l¨¢nzalos a la mansi¨®n del silencio.
19 Enmudece los labios embusteros, que hablan insolencias contra el justo con orgullo y desprecio.
20 Qu¨¦ bondad tan grande, Señor, es la que reservas para los que te temen. Se la brindas a los que en ti esperan, a la vista de los hijos de los hombres.
21 En secreto, junto a ti los escondes, lejos de las intrigas de los hombres; los mantienes ocultos en tu carpa, y los guardas de las querellas.
22 Bendito sea el Señor, su gracia hizo maravillas para m¨ª: Mi coraz¨®n es como una ciudad fuerte.
23 Yo dec¨ªa en mi desconcierto: «Me ha arrojado de su presencia». Pero t¨² o¨ªas la voz de mi plegaria cuando clamaba a ti.
24 Amen al Señor todos sus fieles, pues ¨¦l guarda a los que le son leales, pero les devolver¨¢ el doble a los soberbios.
25 Fortalezcan su coraz¨®n, sean valientes, todos los que esperan en el Señor.
¡¡