Otro discurso de Elifaz
1 Elifaz de Tem¨¢n tom¨® la palabra y dijo:
2 «¿Es ¨¦sa la respuesta de un sabio, vanos razonamientos?
3 Y se hincha con puro viento
3 defendi¨¦ndose con palabras in¨²tiles
3 y con discursos de que no se saca provecho.
4 ¡T¨², incluso, destruyes la piedad,
4 y no quieres pensar m¨¢s a la manera de Dios!
5 La maldad de tu interior te hace hablar,
5 te entrega argumentos contradictorios.
6 Tu propia boca te condena, no yo,
6 tus propios labios te acusan.
7 ¿Eres t¨² el primer hombre que ha nacido?
7 ¿Se te dio a luz antes que las colinas?
8 ¿Sabes acaso los secretos de Dios?
8 ¿Eres dueño de toda la sabidur¨ªa?
9 ¿Qu¨¦ sabes t¨², que nosotros no sepamos?
9 ¿Qu¨¦ comprendes, que no comprendamos?
10 Con nosotros est¨¢n los ancianos,
10 y hasta nacidos antes que tu padre.
11 ¡As¨ª que no te bastan los consuelos de Dios
11 y las palabras que se te dicen con cariño!
12 ¿Por qu¨¦ te arrebata tu furor
12 y por qu¨¦ brillan tus ojos,
13 cuando te enojas contra Dios,
13 con palabras que no salen del coraz¨®n?
14 ¿Qu¨¦ es el hombre y c¨®mo podr¨ªa ser puro?
14 ¿C¨®mo puede ser justo un hombre nacido de mujer?
15 Si Dios no conf¨ªa ni en sus santos,
15 y hasta los cielos no son puros a sus ojos,
16 ¡cu¨¢nto menos ese ser abominable y corrompido,
16 el hombre, que bebe la maldad como el agua!
17 Te lo explicar¨¦ si me escuchas,
17 te contar¨¦ lo que he visto,
18 lo que enseñan los sabios,
18 toda la verdad que aprendieron de sus padres,
19 esos hombres a los que se entreg¨® el pa¨ªs,
19 antes que pasara ning¨²n extranjero.
20 Son un tormento la vida del malvado,
20 los años a los que tiene derecho el violento.
21 Gritos espantosos le resuenan en los o¨ªdos.
21 En plena paz sueña con asesinos,
22 desespera salir de las tinieblas
22 y se ve cayendo bajo la espada,
23 tirado en el suelo como pasto de los buitres.
24 Sabe que se acerca el d¨ªa sin luz,
24 ansiedad y angustia lo vienen a asaltar
24 su mal es peor que si un rey lo atacase.
25 ¡Es que alzaba su mano contra Dios
25 y se atrev¨ªa a retar al Omnipotente!
26 Corr¨ªa contra ¨¦l con la cabeza gacha,
26 protegi¨¦ndose con escudo macizo,
27 pues ten¨ªa el rostro hundido en su gordura
27 y su cintura cubierta de grasa,
28 habitaba ciudades destruidas,
28 en cuyas casas ya nadie vive
28 simpre en peligro de derrumbarse.
29 Pero no se enriquecer¨¢, su fortuna no durar¨¢;
29 la sombra de su follaje no se extender¨¢ sobre la tierra.
30 El fuego quemar¨¢ sus brotes
30 y el viento barrer¨¢ su flor.
31 No te fijes en su talla,
31 sabemos que eso es vanidad.
32 Su renuevo se marchitar¨¢ antes de tiempo,
32 y su rama no reverdecer¨¢;
33 como la viña dejar¨¢ caer sus racimos malos,
33 dejar¨¢ caer como el olivo su flor.
34 Porque la raza del imp¨ªo es est¨¦ril,
34 y el fuego quema la tienda del soborno.
35 Quien concibe el mal da a luz la desgracia,
35 en su propio vientre madura la decepci¨®n.»
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Comentarios Job, cap¨ªtulo 15
15,1
En los cap¨ªtulos 15-18, cada uno prosigue sin escuchar al otro: Job expresa su desesperaci¨®n y sus amigos repiten su convicci¨®n de que las desgracias son la suerte del malvado.
N¨®tese el pasaje 16,8-17,7, que recuerda a Isa¨ªas 53 y tambi¨¦n a los salmos que evocan la pasi¨®n de Cristo. El que sufre, lo sepa o no, comparte la pasi¨®n de Cristo; en ¨¦l sigue el enfrentamiento del pecado con la justicia de Dios. Dios parece despiadado al perseguir a su criatura, al llevarla hasta la humillaci¨®n total; en rea lidad, est¨¢ extirpando las ra¨ªces de nuestro orgullo.
Los vers¨ªculos 17,8-10 se deben comprender como una respuesta ir¨®nica de Job a sus amigos: ustedes dicen que, al ver la desgracia del malo, los justos alaban la justicia de Dios; entonces, al verme as¨ª humillado, al¨¦grense y digan: ¡bien hecho!