Leyes que resaltan el car¨¢cter sagrado del pueblo de Israel
1 Ninguno tomar¨¢ por esposa a la de su padre; que no se atreva a deshonrar a su padre.
2 El hombre que tenga los test¨ªculos aplastados o el pene mutilado no ser¨¢ admitido en la asamblea de Yav¨¦.
3 Tampoco el mestizo ser¨¢ admitido en la asamblea de Yav¨¦, ni aun en la d¨¦cima generaci¨®n.
4 El amonita y el moabita no se admitir¨¢n jam¨¢s en la asamblea de Yav¨¦, ni aun despu¨¦s de la d¨¦cima generaci¨®n.
5 Porque, cuando ustedes ven¨ªan de Egipto, no les salieron al encuentro con pan y agua sino que trajeron a Balaam, hijo de Beor de la ciudad de Petar en Mesopotamia, para que los maldijera.
6 Pero Yav¨¦, tu Dios, no escuch¨® a Balaam y cambi¨® la maldici¨®n por bendici¨®n, porque Yav¨¦ te ama.
7 A estos pueblos nunca les proporcionar¨¢s prosperidad ni bienestar.
8 Pero no aborrecer¨¢s al edomita, pues es hermano tuyo. No aborrecer¨¢s al egipcio, porque fuiste peregrino en su tierra.
9 A la tercera generaci¨®n, sus descendientes podr¨¢n ser admitidos en la asamblea de Yav¨¦.
10 Cuando salgas de campaña contra tus enemigos, te guardar¨¢s de toda acci¨®n mala.
11 Si hay entre los tuyos un hombre que no est¨¦ puro por causa de una poluci¨®n nocturna, saldr¨¢ fuera del campamento y no volver¨¢ a entrar.
12 Al llegar la tarde se lavar¨¢ y a la puesta del sol podr¨¢ entrar de nuevo al campamento.
13 Habr¨¢ un lugar afuera del campamento para satisfacer las necesidades naturales.
14 Llevar¨¢s una estaquita al cintur¨®n, con la cual har¨¢s un hoyo antes de ponerte en cuclillas, y luego tapar¨¢s el excremento con la tierra sacada.
15 Porque Yav¨¦, tu Dios, recorre el campamento para protegerte y entregar en tus manos al enemigo. Por eso tu campamento debe ser cosa limpia y sagrada, en que Yav¨¦ no vea nada indecente; de lo contrario se apartar¨ªa de ti.
16 No entregar¨¢s a su amo al esclavo que huy¨® de su casa y se acogi¨® a ti.
17 Se quedar¨¢ contigo entre los tuyos, en el lugar que ¨¦l elija en una de tus ciudades, donde mejor le parezca; no lo molestar¨¢s.
18 No habr¨¢ entre las hijas de Israel prostituta sagrada, ni prostituto sagrado entre los hijos de Israel.
19 Sea cual fuere el voto que hayas hecho, no llevar¨¢s a la casa de Yav¨¦, tu Dios, regalo de prostitutas, ni salario de perro, o sea, prostituto, porque ambas cosas son abominables a los ojos de Yav¨¦.
20 No prestar¨¢s con inter¨¦s a tus hermanos, ni dinero, ni alimentos, ni cualquier otra cosa por la que se cobran intereses.
21 Al extranjero podr¨¢s prestarle con inter¨¦s, pero a tu hermano, no. Con esto conseguir¨¢s que Yav¨¦, tu Dios, te bendiga en todas tus empresas, en la tierra que vas a poseer.
22 Si haces alg¨²n voto a Yav¨¦, no tardes en cumplirlo, porque sin duda Yav¨¦ te lo reclamar¨¢ y t¨² cargar¨ªas con un pecado.
23 Pero si no haces votos, no cometes pecado alguno.
24 Cumplir¨¢s tus promesas y, si haces alg¨²n voto, ofrecer¨¢s seg¨²n hayas prometido a Yav¨¦.
25 Si entras en la viña de tu pr¨®jimo, podr¨¢s comer las uvas que quieras, pero no podr¨¢s llevarte ninguna.
26 Si pasas por los sembrados de tu pr¨®jimo, podr¨¢s arrancar espigas con tu mano, pero no meter¨¢s la hoz en las mieses de tu pr¨®jimo.