Segunda parte: LA MORADA EN EL DESIERTO
A. La preparaci¨®n
1 Yav¨¦ habl¨® a Mois¨¦s para decirle:
2 «Pide a los israelitas que recojan lo que me van a ofrecer; lo recibir¨¢n de toda persona a quien su coraz¨®n generoso sugiera ofrec¨¦rmelo.
3 Esto es lo que podr¨¢n recoger: oro, plata y cobre;
4 ropas de color jacinto, morado y rojo; lino fino y pelos de cabra;
5 pieles de carnero teñidas de rojo y pieles moradas; madera de acacia
6 y aceite para el lucero y aromas para el ¨®leo de la unci¨®n y perfumes de buen olor;
7 piedras de ¨®nice y piedras de engaste para adornar el Efod y el Pectoral.
8 Me van a hacer un santuario para que yo habite en medio de ellos,
9 y lo har¨¢n, como tambi¨¦n todas las cosas necesarias para mi culto, seg¨²n el modelo que yo te enseñar¨¦.
El Arca
10 Har¨¢s un Arca de madera de acacia, de dos codos y medio de largo, codo y medio de ancho y otro codo y medio de alto.
11 La revestir¨¢s de oro fino por dentro y por fuera y labrar¨¢s una cornisa de oro alrededor.
12 Le pondr¨¢s cuatro anillos, uno en cada ¨¢ngulo del Arca, dos a un lado y dos al otro.
13 Har¨¢s tambi¨¦n unas varas de madera de acacia y las cubrir¨¢s igualmente con oro.
14 Las pasar¨¢s por los anillos que est¨¢n a los lados del Arca para llevarla.
15 Estas varas estar¨¢n siempre metidas en los anillos y no se sacar¨¢n de ellos.
16 En el Arca pondr¨¢s el Testimonio que yo te dar¨¦.
17 Le har¨¢s una cubierta, el ¡°Lugar del Perd¨®n¡±, de oro puro, de dos codos y medio de largo y codo y medio de ancho.
18 Asimismo, har¨¢s dos querubines de oro macizo, y los pondr¨¢s en las extremidades de la cubierta.
19 Pondr¨¢s un querub¨ªn a una extremidad, y el otro en la otra; formar¨¢n un solo cuerpo con la cubierta, a sus dos lados.
20 Los querubines extender¨¢n sus alas hacia arriba y sus alas cubrir¨¢n el Lugar del Perd¨®n. Estar¨¢n de frente el uno al otro y sus caras mirar¨¢n hacia el Lugar del Perd¨®n. Lo pondr¨¢s sobre el Arca,
21 y pondr¨¢s dentro de ella el Testimonio que yo te dar¨¦.
22 All¨ª me encontrar¨¦ contigo para darte mis ¨®rdenes referentes a los hijos de Israel. Te hablar¨¦ de encima del Lugar del Perd¨®n, de en medio de los dos querubines puestos sobre el Arca del Testimonio.
La mesa y el candelabro
23 Har¨¢s tambi¨¦n una mesa de madera de acacia, de dos codos de largo, uno de ancho y uno y medio de alto.
24 La cubrir¨¢s de oro puro y le pondr¨¢s alrededor una moldura de oro.
25 Le har¨¢s un borde de cuatro dedos de alto con una moldura de oro.
26 Formar¨¢s, tambi¨¦n, cuatro anillos de oro y los pondr¨¢s en las cuatro esquinas de la mesa, uno para cada pata.
27 Los anillos estar¨¢n debajo de la cornisa y en ellos se colocar¨¢n las varas para el transporte de la mesa.
28 Har¨¢s estas varas de madera de acacia cubierta de oro y servir¨¢n para transportar la mesa.
29 Har¨¢s tambi¨¦n de oro las fuentes, los vasos, los jarros y las tazas para las ofrendas l¨ªquidas.
30 Y sobre la mesa tendr¨¢s siempre puestos ante mi presencia los panes de la ofrenda.
31 Labrar¨¢s igualmente un candelabro de oro puro. Su pie y su tallo ser¨¢n de oro macizo; sus capullos y flores formar¨¢n cuerpo con ¨¦l.
32 Saldr¨¢n seis brazos de sus lados: tres de uno y tres del otro.
33 Cada brazo tendr¨¢ tres c¨¢lices en forma de almendro, con capullo y flor.
34 En el mismo candelabro habr¨¢ cuatro c¨¢lices en forma de flor de almendro con capullos y flores;
35 un capullo debajo de los dos primeros brazos que forman cuerpo con el candelabro; otro, debajo de los siguientes, y un tercero debajo de los dos ¨²ltimos brazos: seis brazos saldr¨¢n del candelabro.
36 Los capullos y los brazos formar¨¢n un cuerpo con el candelabro: todo ello ser¨¢ de oro puro macizo.
37 Har¨¢s siete l¨¢mparas que colocar¨¢s encima, de manera que den luz al frente.
38 Sus despabiladeras y ceniceros ser¨¢n de oro puro.
39 Se emplear¨¢ un talento de oro para hacer el candelabro con todos estos utensilios.
40 Cuida, pues, de hacerlo todo conforme al modelo que te he enseñado en el monte.
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Comentarios Éxodo, cap¨ªtulo 25
25,1
Notamos aqu¨ª una interrupci¨®n del relato que el autor no trata de disimular, y cuya continuaci¨®n ser¨¢ retomada en 31,18. Al redactor m¨¢s tard¨ªo tal vez no le parec¨ªa suficiente que la alianza s¨®lo exigiera una conducta moral justa y no dijera nada del culto, pues en su ¨¦poca los sacerdotes gobernaban a la comunidad jud¨ªa, y para ellos la principal obligaci¨®n era participar en el culto grandioso del templo.
Como se dirig¨ªa a la gente de su tiempo, insert¨® dos grandes bloques, que conforman los cap¨ªtulos 25-31 y 35-40, y pretenden explicar que Mois¨¦s hab¨ªa coronado su obra construyendo una tienda como santuario que desde ya prefiguraba el templo de Jerusal¨¦n.
25,8
Israel recordaba un ¡°arca¡± o cofre de madera que conten¨ªa los objetos sagrados de los compañeros de Mois¨¦s, como suced¨ªa en otras tribus n¨®madas. Los hebreos de Mois¨¦s ponen en un arca los documentos de la alianza celebrada con Yav¨¦ y el arca ser¨¢ el coraz¨®n del santuario y de todo el campamento.
25,17
La cobertura del arca es el lugar que el sumo sacerdote rociaba con la sangre de las v¨ªc timas una vez al año, en la fiesta del perd¨®n. La traducci¨®n precisa ser¨ªa ¡°la cosa para cubrir (o perdonar) los pecados¡±. Traducimos el Lugar del perd¨®n, y otros traducen el Propiciatorio.
25,22
Testimonio es la misma palabra que ¡°declaraci¨®n¡± y se refiere al documento de la alianza con sus mandamientos, que son una declaraci¨®n de Dios.
25,40
La tradici¨®n ha concluido seg¨²n este vers¨ªculo que la tienda santuario era la imagen de un templo celestial y que la liturgia terrestre deb¨ªa ser un reflejo de la liturgia celestial. A ese templo celestial aludir¨¢n Jer 25,30; Am 9,6, y m¨¢s todav¨ªa Ez 37,27. Que la liturgia celestial inspira la del templo de Jerusal¨¦n se lee en Sab 9,8; Sir 24,9-11. En el Apocalipsis, del cap. 11,9 al cap. 16, Dios pronuncia sus juicios en el templo celestial.