El universo alaba a su Creador.¡ªEl
creyente contempla el universo, obra de Dios, y se llena de admiraci¨®n y de
optimismo. Todo viene de Dios, pero tambi¨¦n todo existe para el hombre y
Dios ahora est¨¢ acabando su creaci¨®n por el trabajo de los hombres y la
irradiaci¨®n de sus testigos. «Env¨ªa tu Esp¨ªritu, que renueve la faz de la
tierra.»
1 ¡Bendice al Señor, alma m¨ªa!
1 ¡Eres muy grande, oh Señor, mi
Dios,
1 vestido de gloria y majestad,
2 envuelto de luz como en un manto!
2 T¨² despliegas los cielos como un
toldo,
3 construyes sobre las aguas tu piso
alto.
3 T¨² haces tu carro de las nubes
3 y avanzas en alas de los vientos.
4 Tomas de mensajeros a los vientos
4 y como servidores un fuego en
llamas.
5 Pusiste la tierra sobre sus bases,
5 por siempre jam¨¢s es inamovible.
6 La cubres con el manto de los
oc¨¦anos,
6 las aguas se han detenido en las
montañas.
7 Ante tu amenaza emprenden la fuga,
7 se precipitan a la voz de tu
trueno;
8 suben los montes, bajan por los
valles
8 hasta el lugar que t¨² les
señalaste;
9 pusiste un l¨ªmite que no
franquear¨¢n,
9 para que no vuelvan a cubrir la
tierra.
10 Haces brotar vertientes en las
quebradas,
10 que corren por en medio de los
montes,
11 calman la sed de todos los
animales;
11 all¨ª extinguen su sed los
burros salvajes.
12 Aves del cielo moran cerca de
ellas,
12 entremedio del follaje alzan
sus trinos.
13 De lo alto de tus moradas riegas
los montes,
13 sacias la tierra del fruto de
tus obras;
14 haces brotar el pasto para el
ganado
14 y las plantas que el hombre ha
de cultivar,
14 para que de la tierra saque el
pan
15 y el vino que alegra el coraz¨®n
del hombre.
15 El aceite le dar¨¢ brillo a su
rostro
15 y el pan fortificar¨¢ su
coraz¨®n.
16 Los ¨¢rboles del Señor est¨¢n
colmados,
16 los cedros del L¨ªbano que
plant¨®.
17 All¨ª hacen sus nidos los
pajaritos,
17 en su copa tiene su casa la
cig¨¹eña;
18 para las cabras son los altos
montes,
18 las rocas son escondrijo de los
conejos.
19 Pusiste la luna para el
calendario
19 y el sol que sabe a qu¨¦ hora ha
de ponerse.
20 T¨² traes las tinieblas y es de
noche,
20 en que rondan todas las fieras
de la selva;
21 rugen los leoncitos por su presa
21 reclamando a Dios su alimento.
22 Cuando el sol aparece se retiran
22 y vuelven a acostarse en sus
guaridas;
23 el hombre entonces sale a su
trabajo,
23 a su labor, hasta que entre la
noche.
24 ¡Señor, qu¨¦ numerosas son tus
obras!
24 Todas las has hecho con
sabidur¨ªa,
24 de tus criaturas la tierra est¨¢
repleta!
25 Mira el gran mar, vasto en todo
sentido,
25 all¨ª bullen en n¨²mero
incontable
25 pequeños y grandes animales;
26 por all¨ª circulan los nav¨ªos
26 y Leviat¨¢n que hiciste para
entretenerte.
27 Todas esas criaturas de ti
esperan
27 que les des a su tiempo el
alimento;
28 apenas se lo das, ellos lo
toman,
28 abres tu mano, y sacian su
apetito.
29 Si escondes tu cara, quedan
anonadados,
29 recoges su esp¨ªritu, expiran
29 y retornan a su polvo.
30 Si env¨ªas tu esp¨ªritu, son
creados
30 y as¨ª renuevas la faz de la
tierra.
31 ¡Que la gloria del Señor dure
por siempre
31 y en sus obras el Señor se
regocije!
32 ¨¦l, que mira a la tierra y ¨¦sta
tiembla,
32 y si toca a los montes, echan
humo.
33 Al Señor quiero cantar toda mi
vida,
33 salmodiar para mi Dios mientras
yo exista.
34 Ojal¨¢ que le agrade mi poema,
34 yo, como sea, me alegro en el
Señor.
35 ¡Desaparezcan de la tierra los
pecadores
35 y que no existan m¨¢s los
malvados!
35 ¡Alma m¨ªa, bendice al Señor!
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