Todos están contra nosotros.—
2 Oh Dios, no descanses, no te
calles; oh Dios, no te quedes impasible
3 cuando tus enemigos hacen estruendo y los que te
odian levantan la cabeza.
4 Traman un complot contra tu
pueblo, conspiran contra tus protegidos.
5 «Vengan, dicen, no sean más nación,
y que nadie recuerde el nombre de Israel».
6 Se pusieron todos de acuerdo,
sellaron una alianza contra ti:
7 los clanes de Edom y de Ismael,
los de Moab y los hijos de Agar, 8
los de Guebal, Amón y de Amalec, los filisteos y la gente de Tiro;
9 hasta los de Asur se unieron a
ellos y prestaron su fuerza a los hijos de Lot.
10 Haz que corran la suerte de
Madián, de Sísera y Jabín en el valle de Cisón,
11 que fueron exterminados junto a Endor, y de
abono sirvieron a la tierra.
12 Trata a sus príncipes como a
Oreb y a Zeeb, y como a Zebaj y Salmuna a sus capitanes,
13 que habían dicho: «Nosotros
conquistaremos los dominios de Dios».
14 Dios mío, trátalos como un
torbellino, como paja llevada por el viento;
15 como incendio que arrasa con el bosque, como
fuego que corre por los montes; 16
así persíguelos con tu tormenta y llénalos de terror con tu huracán.
17 Cúbreles la cara de vergüenza,
tal vez así, Señor, busquen tu nombre.
18 Que se confundan y espanten para
siempre, que sean humillados y perezcan.
19 Sepan que sólo tú te llamas
Señor, y eres Altísimo en toda la tierra.