Salmos (Sal) Cap¨ªtulo 68
Marcha triunfal del Dios vencedor.¡ªLa historia de la Iglesia aparece al creyente como una nueva marcha victoriosa. Cristo resucitado, presente en ella por su Esp¨ªritu, la conduce hasta el cielo, donde le prepar¨® su lugar.
2 Que Dios se pare y sus enemigos se dispersen, que huyan ante ¨¦l los que lo odian.
3 Como humo al viento, as¨ª t¨² los disipas, como cera en el fuego se deshacen.
4 En presencia de Dios los malos perecen, mientras que los justos se regocijan, y ante Dios saltan y gritan de alegr¨ªa.
5 Canten a Dios y toquen a su Nombre, abran camino al que cabalga en las nubes, al¨¦grense en Dios y bailen ante ¨¦l.
6 Padre del hu¨¦rfano, defensor de las viudas, ese es Dios en su santa morada.
7 Al solitario le da el calor de hogar, deja libre al preso encadenado, a los rebeldes los deja en calabozos.
8 Oh Dios, cuando saliste al frente de tu pueblo, para tomar el camino del desierto, 9 la tierra tembl¨® y los cielos destilaron en presencia de Dios, el Dios de Israel.
10 Esparciste una lluvia generosa para reanimar a los tuyos extenuados, 11 tu familia encontr¨® una morada, la que en tu bondad destinabas a los pobres.
12 El Señor ha mandado una palabra, y es buena noticia para el gran ej¨¦rcito:
13 ¡Huyen, huyen los reyes con sus tropas! Una sirvienta reparte el bot¨ªn: 14 alas de paloma cubiertas de plata, con sus plumas color de oro.
15 Mientras el Omnipotente venc¨ªa a los reyes, ca¨ªa nieve en el monte Salm¨®n.
16 Montes de Dios, montes de Bas¨¢n, montes escarpados, montes de Bas¨¢n: 17 ¿por qu¨¦ miran celosos, montes escarpados, al monte que Dios quiso habitar?
17 Sepan que el Señor lo habita para siempre.
18 Los carros de Dios son miles y miles, en ellos vino del Sina¨ª al Santuario.
19 Subiste a las alturas, tomaste cautivos, y recibiste hombres en tributo.
19 Hasta los rebeldes se quedar¨¢n a tu lado.
20 ¡Bendito sea el Señor d¨ªa tras d¨ªa! El Dios que salva se encarga de nosotros.
21 Se hizo para nosotros un Dios que libera, con Yahv¨¦, el Señor, escapamos a la muerte.
22 Dios aplasta la cabeza de sus enemigos, el cr¨¢neo de los habituados al crimen.
23 El Señor lo dijo: «Los traer¨¦ de Bas¨¢n y de las profundidades del mar, 24 para que hundas los pies en su sangre y hasta la lengua de tus perros reciba su parte de los enemigos.»
25 He visto, oh Dios, tus procesiones, las procesiones de mi Dios, de mi rey, en el santuario.
26 Los cantores van delante, los m¨²sicos detr¨¢s, en medio van las niñas tocando tamboriles.
27 ¡Bendigan a Dios con coros, bendigan al Señor en las fiestas de Israel!
28 Benjam¨ªn, el menor, abre el cortejo, los pr¨ªncipes de Jud¨¢ con ropas bordadas, los pr¨ªncipes de Zabul¨®n, los de Neftal¨ª.
29 Oh Dios, habla con fuerza, con la fuerza que manifestaste con nos otros.
30 Desde tu templo que domina Jerusal¨¦n, donde los reyes te aportan sus ofrendas, 31 amenaza al monstruo de los cañaverales, al tropel de toros, a los dueños de los pueblos para que se sometan y te ofrezcan oro y plata.
31 Dispersa a los pueblos que aman la guerra.
32 Desde Egipto vendr¨¢n los m¨¢s ricos, Etiop¨ªa tender¨¢ a Dios sus manos.
33 Reinos de la tierra, canten a Dios, toquen para el Señor, 34 que cabalga por los cielos seculares.
34 ¡Oigan su voz, su voz que es poderosa!
35 Reconozcan el poder de Dios, ¨¦l es grande en Israel, y en lo alto, poderoso.
36 Dios es terrible desde su santuario, ¨¦l, el Dios de Israel, ¨¦l da a su pueblo fuerza y poder.
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