Salmos (Sal) Cap¨ªtulo 59
2 ¡Dios m¨ªo, l¨ªbrame de mis enemigos, prot¨¦geme de mis agresores; 3 l¨ªbrame de los que hacen la maldad, s¨¢lvame de los hombres criminales!
4 Mira c¨®mo acechan a mi vida, cu¨¢ntos poderosos se juntan contra m¨ª.
4 Señor, en m¨ª no hay crimen ni pecado, 5 pero sin falta m¨ªa acuden y se aprestan.
5 Despi¨¦rtate, ven a mi encuentro y mira.
6 Señor, Dios Sabaot, Dios de Israel, despi¨¦rtate, castiga a esos paganos, s¨¦ inclemente con todos esos renegados.
7 Vuelven de tarde, ladran como perros, andan dando vueltas por la ciudad.
8 A toda boca dicen barbaridades, de sus labios salen como espadas: «¡Escuche Dios, si puede!»
9 Pero t¨², Señor, te burlas de ellos, te r¨ªes de esos incr¨¦dulos.
10 Oh t¨², mi fuerza, hacia ti miro, pues Dios es mi ciudadela.
11 Si mi Dios viene a m¨ª en su bondad, me har¨¢ ver la p¨¦rdida de los que me esp¨ªan.
12 Oh Dios, ordena su masacre, pues tu pueblo no debe olvidarlo.
12 T¨², tan valiente, pers¨ªguelos y m¨¢talos, oh Señor, nuestro escudo.
13 No hay palabra de sus labios que en su boca no sea pecado.
13 Quedar¨¢n atrapados en su orgullo, en los insultos y mentiras que pronuncian.
14 En tu furor apl¨¢stalos, destr¨²yelos y que ya no existan m¨¢s.
14 Entonces se sabr¨¢ que Dios reina en Jacob y hasta los confines de la tierra.
15 Que a la tarde regresen, que ladren como perros, que anden dando vueltas por la ciudad 16 a la caza de algo que comer y que gruñan si no se repletan.
17 Pero yo cantar¨¦ tu poder, y desde la mañana contar¨¦ tus bondades; porque t¨² has sido para m¨ª una ciudadela y mi refugio en el d¨ªa de la angustia.
18 Oh fuerza m¨ªa, yo quiero cantarte; mi Basti¨®n es un Dios siempre bueno conmigo.
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