1 Del maestro de coro. En octava. Salmo. De David.
Contra el mundo mentiroso.¡ªMentiras, propaganda, falsos profetas de la vida f¨¢cil: todo esto disimula las injusticias de todos los d¨ªas. En cambio, la Palabra de Dios es sincera y juzgar¨¢ a todos. En la Palabra de Dios hecha carne, es decir, en Cristo, no hay un «s¨ª» y un «no» al mismo tiempo: todas las promesas de Dios han pasado a ser en Él un «s¨ª»
2 Interviene, Señor, porque ya no hay hombres buenos ni se encuentran ya hombres leales.
3 Cada cual engaña a su pr¨®jimo, se dicen buenas palabras, pero con doblez.
4 Que el Señor arranque los labios mentirosos y la lengua que dice grandes frases.
5 Pues dicen: «Con palabras todo lo conseguiremos; si sabemos hablar, ¿qui¨¦n nos va a dominar?»
6 «Los pobres son despojados, gimen los humildes, ahora me levanto ¡ªdice el Señor¡ª y prestar¨¦ socorro al que es despreciado.»
7 Las palabras del Señor son palabras seguras, son como plata pura siete veces purificada en el crisol.
8 T¨², Señor, cuidar¨¢s de nosotros; prot¨¦genos por siempre de esta generaci¨®n.
9 Por doquier se andan paseando los malvados y cunde el vicio entre los hijos de Ad¨¢n.