Zacar¨ªas (Zac) Cap¨ªtulo 9
SEGUNDA PARTE DEL LIBRO
1 Yav¨¦ se ha establecido en Hadrak y reside en Damasco, pues las ciudades de Aram le pertenecen tanto como todas las tribus de Israel.
2 Igualmente son suyas Jamat, que est¨¢ al lado, y Tiro y Sid¨®n que llevan tan bien sus negocios.
3 Tiro se ha construido una fortaleza, y ha amontonado la plata como el polvo y el oro como la tierra de las calles.
4 Pero ahora Yav¨¦ se va a apoderar de ella; destruir¨¢ su frente mar¨ªtimo y el fuego destruir¨¢ sus ciudades.
5 Al ver esto, Ascal¨®n tamblar¨¢ de miedo y Gaza se pondr¨¢ a tiritar. Ecr¨®n lo mismo, al ver perdida su esperanza. El rey se ir¨¢ de Gaza, Ascal¨®n quedar¨¢ sin habitantes.
6 Una poblaci¨®n mestiza vivir¨¢ en Asdod. As¨ª aplastar¨¦ la soberbia de los filisteos.
7 Sacar¨¦ de su boca la carne con sangre, y de sus dientes los alimentos prohibidos. Pero nuestro Dios se dejar¨¢ para ¨¦l a algunos filisteos, que formar¨¢n como una familia en Jud¨¢. Ecr¨®n ser¨¢ tratado como el jebuseo.
8 Yo montar¨¦ guardia para proteger a mi pa¨ªs de cualquier asaltante; ya nadie se atrever¨¢ a oprimirlos, pues ahora he visto c¨®mo est¨¢n oprimidos.
Viene tu rey, montado en un burro
9 Salta, llena de gozo, oh hija de Si¨®n,
9 lanza gritos de alegr¨ªa, hija de Jerusal¨¦n.
9 Pues tu rey viene hacia ti;
9 ¨¦l es santo y victorioso,
9 humilde, y va montado sobre un burro,
9 sobre el hijo pequeño de una burra.
10 Destruir¨¢ los carros de Efra¨ªm
10 y los caballos de Jerusal¨¦n.
10 Entonces se podr¨¢ romper el arco con flechas,
10 pues ¨¦l dictar¨¢ la paz a las naciones.
10 Extender¨¢ su dominio de un mar al otro mar,
10 y desde el Eufrates hasta el fin del mundo.
11 En cuanto a ti, por consideraci¨®n a tu alianza celebrada con sangre, sacar¨¦ a los presos de la cisterna seca en que los guardaban.
12 Hacia ti volver¨¢n, oh Si¨®n, los prisioneros que estaban aguardando. Ahora te doy doble bendici¨®n para compensar tus d¨ªas de destierro.
13 Yo estirar¨¦ a Jud¨¢ como un arco y le pondr¨¦ como flecha a Efra¨ªm; lanzar¨¦ tus hijos, oh Si¨®n, contra los griegos, y t¨² ser¨¢s como la espada de un h¨¦roe.
14 Entonces Yav¨¦ aparecer¨¢ por encima de ellos y lanzar¨¢ sus flechas como rel¨¢mpagos. El Señor har¨¢ resonar la trompeta y marchar¨¢ en medio de la tormenta del sur.
15 Yav¨¦ de los Ej¨¦rcitos ser¨¢ su escudo. Pisotear¨¢n, triunfantes, a los malvados, beber¨¢n sangre como si fuera vino y quedar¨¢n repletos como la copa del sacrificio o como los cuernos del altar.
16 Yav¨¦, su Dios, los pondr¨¢ a salvo; salvar¨¢ a este pueblo que es su rebaño.
17 ¡Ya se ver¨¢n fuertes, ya ser¨¢n hermosos! El trigo dar¨¢ vigor a los j¨®venes y el vino dulce, a las muchachas.

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Comentarios Zacar¨ªas, cap¨ªtulo 9
9,1

Empieza la segunda parte del libro (ver Introducci¨®n). El profeta anuncia una liberaci¨®n del pueblo, despu¨¦s de una prueba muy cruel. Un Pastor misterioso (otro nombre del Mes¨ªas) lograr¨¢ esta liberaci¨®n cuando, rechazado por su pueblo y muerto por ¨¦l, despierte en ellos sentimientos de arrepentimiento.

Estos textos hacen pensar en los cantos del siervo de Yav¨¦ de la segunda parte del libro de Isa¨ªas.
9,9

Anuncio del Mes¨ªas humilde. Jes¨²s, al entrar a Jerusal¨¦n en el d¨ªa de los Ramos, desear¨¢ cumplir a la letra dicha profec¨ªa (ver Mt 21,5).