Carta a los Efesios Introducci車n
¿Se podr赤a hablar de una «carta» de Pablo? No hay noticias, ni un mensaje personal para una comunidad determinada, sino una larga exposici車n sobre la salvaci車n del mundo, como en la carta a los Romanos. Seg迆n toda probabilidad esta carta no iba dirigida a los cristianos de Éfeso, sino a las comunidades vecinas situadas en el valle del Licus: Hier芍polis, Laodicea, y que Pablo no hab赤a evangelizado personalmente. Seg迆n algunos testimonios esta carta estar赤a destinada a los Laodicenses (Col 4,16).
La provincia romana de Asia (la de Éfeso) en ese tiempo se desarrollaba entre un hormigueo de religiones nuevas que pretend赤an abrir a todos un camino de salvaci車n; era por tanto necesario dar a los cristianos una visi車n m芍s amplia de la esperanza de la que eran portadores. ¿Hacia d車nde iba la humanidad? ¿es Cristo el 迆nico salvador?
Son las mismas preguntas que se presentan de manera cada vez m芍s insistente, a medida que se ve en estos 迆ltimos años como una coagulaci車n de los m芍s diversos pueblos. Los que desean dominar s車lo pueden hacerlo present芍ndose como portavoces del conjunto. ¿Hay alg迆n camino o esperanza para el hombre?
Pablo responde desde la prisi車n. Como recuerdan Los Hechos (cap. 24-26), Pablo estuvo prisionero en Cesarea los años 58-60 y durante este tiempo las noticias que recib赤a de las comunidades de la regi車n de Éfeso hicieron madurar en 谷l una nueva presentaci車n de la obra divina.
Retoma y desarrolla el plan de Dios que, desde tiempo atr芍s, hab赤a comprendido en una revelaci車n. Cristo, el Primog谷nito de Dios, est芍 en el centro, y el mundo fue creado para que en 谷l emerja el Hombre Nuevo, una sola familia en Cristo. Todo cristiano est芍 llamado a vivir desde ya ese llamado a una vida santa y responsable.
Esta carta a los Efesios es gemela de la carta enviada por Pablo a los Colosenses juntamente; un mismo mensajero las llev車 a las dos comunidades junto con la misiva destinada a Filem車n (Col 4,2; Filem 2).
Algunos piensan que la carta a los Efesios no es de Pablo: ver al respecto la Introducci車n a las Cartas de la Cautividad. Es dif赤cil pensar que una carta de semejante seguridad teol車gica y riqueza doctrinal haya podido madurar en alg迆n otro que no fuera Pablo, aunque otros, sea T赤quico (Ef 6,21) o Timoteo (Col 1,1) hayan tomado parte en su redacci車n.